1962 - Basilica de San Pedro canonización de Fray Martín de Porres


6 MAYO DE 1962

EN APOTEÓSICA CEREMONIA ES CANONIZADO FRAY MARTÍN


Por: Mario Álvaro Linares O.P.

 


La noticia de la canonización del Beato Martín de Porres llenó de justo júbilo a los millones de devotos del moreno limeño en los cuatro puntos cardinales, y sobre todo en el Perú.

La Jerarquía Eclesiástica y la Orden Dominicana del Perú fusionaron sus esfuerzos para celebrar el magno acontecimiento con la debida solemnidad, organizándose, entre otras cosas, la Gran Peregrinación Nacional de peruanos a Roma. En seis grupos convenientemente divididos, los peregrinos partieron de lima hacia la Ciudad Eterna, en aviones dela “K.L.M.” Y “Avianca”, y de acuerdo a un itinerario que las "COLTUR” con anterioridad había prefijado.

Los nombres del Perú y San Martín

Como nunca el nombre del Perú ha estado en labios de tantos. “El Perú esta de fiesta…Son peruanos que van a la Canonización de Fray Martin”, eran expresiones que a menudo llagaban a nuestros oídos, cada vez que las potentes naves se detenían en algún aeropuerto a abastecerse de combustible. En muchas provincias de España y Portugal se comentaba con entusiasmo el caso de la curación milagrosa del niño Antoñito Cabrera, atribuido a intercesión de Fray Martín.

Roma daba la impresión de estar sorprendida de la afluencia de peregrinos martinianos que día a día por tierra y cielo arribaban, los Hoteles estaban atestados de viajeros.

Hasta dos días antes de la fecha fijada para la canonización, se habían solicitado en las oficinas del Vaticano más de 75,000 pases para presenciar en San Pedro las ceremonias por conspicuas. Delegaciones de peregrinos venidos del Perú (1,200), España (mas de 5,000), Irlanda (mas de 2,000), Alemania mas de (3,000), Norte América (mas de 2,000), Inglaterra, Filipinas, Dinamarca, Noruega, Argentina, Trinidad, Chile, Uruguay, Brasil, Ecuador, Colombia, México, Venezuela, Puerto Ricos, Cuba, Holanda, Australia, Malta , Nigeria, Sud África, Australia,, Tanganica. No faltaron pequeños grupos representantes de los países de detrás de la cortina de hierro, como Yugoslavia y Polonia, Italia por su parte, había organizado una Peregrinación Nacional de Barberos con mas de 1,000 participantes.

En dirección a San Pedro

Y por fin llego el día esperado: amaneció festivo y esplendoroso. La ecuménica multitud contagiaba el ambiente de emoción, y los 2,500 peruanos que nos encontrábamos en Roma, apenas podíamos contener la dentro de nuestros pechos. Gentes de toda raza, idioma y continentes, se desplazaban en dirección a San Pedro.

A pesar de que madrugamos muy temprano, grande fue nuestra sorpresa cuando al llegar al Vaticano encontramos que las tribunas estaban ya repletas. Faltaba aún dos horas para iniciarse las ceremonias. Menudo trabajo nos costo, a los mas afortunados, abrirnos paso entre la multitud y no era para menos, pues la capacidad de la Basílica esta calculada para 30,000.

San Pedro presentaba la decoración de las grandes solemnidades. Miles de bujías centellaban como gemas preciosas, prendidas de las arañas. Las tapicerias de damasco, que adornaba las columnas, reflejan rojos y dorado tonos de luz. A ambos lados laterales del altar de la Confesión, habíase colocado dos grandes cuadros que describían los dos recientes milagros de nuestro Santo, realizados en Mallorca y Uruguay.

En la galería de Visitantes distinguidos habíase instalado los miembros de la Delegación Especial del Perú. Presidida por el Embajador Extraordinario. Sr. Manuel Cisneros Sánchez, y Sra. Rosa Prado Garland. Integraban el grupo de la Señora Rosa Ferreyros de Arosemena, esposa del Ministro peruano de Justicia y Culto; los Embajadores peruanos, de Italia, Sr. Eduardo Garland Roel; de España, Sr. Carlos Neuhaus Ugarteche; de la UNESCO, Sr. Roberto Mac Lean Estenós; del Portugal, Sr. Clemente Aráos Menacho; de Bélgica. La Embajadora peruana ante la Santa Sede, presidida por el Embajador Sr. Luis Lanatta Cauvi.

Asistió también una números y selecta Delegación Oficial venida especialmente de España, encabezada por el General D. Antonio Barroso y Sánchez-Guerra, Ministro del Ejercito; una Misión Extraordinaria del Episcopado Boliviano presidida por Mons. Abel Isidoro Antezana, Arzobispo de la paz.

Principia el ceremonial religioso.

Capilla Sixtina
EL Papa se dirigió a la Capilla Sixtina en donde lo esperaban los Cardenales y otros Dignatarios de la Familia Pontificia. Tras entonarse el cantico del AVE MARIS STELLA, el Cardenal Larraona, Prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos, entregó al pontífice un cirio encendido y toda la asamblea se encamino procesionalmente a la basílica de San Pedro.

Se dio comienzo a una procesión integrada por grupos representativos de ordenes Religiosas (Mendicantes, Monacales, Canónigos Regulares) alumnos del Seminario Pontificio, miembros de las diferentes Basílicas de la ciudad, con sus respectivas capillas de cantores que salmodiaban himnos en honor de la Virgen María.

Un poco más atrás venían los miembros de la Sagrada Congregación de Ritos, encargada de los Procesos de Beatificación y Canonización. Resaltaban entre otros, el promotor de la Fe (abogado del diablo) Rvdmo. P. Fernando Antonelli, O.F.M., y el promotor de la Causa de San Martín de Porres, Rvdmo. P. Tarcisio Piccari, O.P., quien iba al lado de un estandarte de Fray Martín, escoltado por un cortejo de Padres Dominicos de color. Todos los presentes prorrumpieron en expontánea e incontenible ovación ante la aparición de aquella morena figura.

Papa Juan XXIII, en la silla gestatoria
Seguía a continuación la Corte Pontificia, Prelados de la Curia y Rota Romanas, Abogados Consistoriales y gran numero de Obispos, Arzobispos y Cardenales. Estaban allí los Eminentísimos Cardenales, Tisserant, Pizardo, Aloisio, Masella, Ferretto, Liénart, Copello, Agagianan, Spellman, Valeri, Frings, Siri, Quiroga y Palacios, Leger, Montini, Giobbe, Cento, Chiarlo, Cicogniani, Garibi y Rivera, Contalonieri, Richaud, Marella, Testa, Meyer, Alfrink, Rugambwa, Ritter, Ferni, Landázuri Rickettes, Coussa, Suenens, di Jorio, Jullein, Larraona, Morano, Heard, Bea, Browne y Alvareda. La representación del Episcopado peruano estaba integrada por el Emmo. Cardenal Primado, Juan Landázuri Ricketts; el Obispo Auxiliar de Lima, Mons. Mario Cornejo Radavero; el Obispo de Ica, Mons. Alberto Dettman; el Vicario Apostólico de Puerto Maldonado, Mons. Javier Ariz Huarte, y el Nuncio Apostólico del Perú, Mons. Rómulo Carboni.

La llegada del Santo Padre fue saludada con estruendosas ovaciones. La silla gestatoria de Juan XXIII se balanceaba imperceptiblemente al paso de sus portadores, mientras la blanca figura del Pontífice bendecía benévolamente los vítores. Las plateadas trompetas resonaban en el recinto sagrado, mientras en el coro se entonaban el himno triunfal TU ES PETRUS. Los oidores de la Rota Romana y los Cardenales Diacono y Subdiácono de la Misa antecedían al Santo padre, que entraba escoltado por la guardia Suiza.

Ceremonia de la canonización
 
El Papa se instalo en el trono baldaquino, y continuación, los Cardenales procedieron a prestarle el acto de obediencia, besándole la mano.

El Cardenal Larraona, Procurador de la Causa, dio lectura a la formal y solemne petición e la canonización del Beato, en nombre del Abogado Consistorial. El Secretario de los Breves, en nombre del santo Padre contesto:

“Le place sobre manera al Augusto Pontífice atender vuestra distinguida y elocuente peroración, honrando de este modo, por muchas y variadas razones, al beato Martín, Confesor, con los más altos honores de la religión”.

Trono Baldaquino
“La excelente virtud de este egregio varón, atestiguada por Dios Omnipotente mediante el testimonio científico de admirables portentos, esto sin duda, exige del que ha sido divinamente constituido en juez, protector y defensor de la santidad en la tierra”.

“El Augusto Pontífice cree, además, que este hecho goza de excepcional oportunidad, por avecinarse el Concilio Ecuménico Vaticano Segundo; ya porque elevando a este hombre al honor de los altares, no puede dejar de ofrecerse a Dios como intercesor aceptabilísimo, a fin de tan importantísimo evento se percibe el máximo fruto que satisfaga la expectación de los buenos; ya porque de este modo se propone a los fieles un nuevo ejemplar de virtudes, cuyo máximo incremento anhela el pontífice, del futuro Concilio”.

“Pero ante todo, el Sucesor de Pedro ardentísimamente desea que los hombres aprendan del inocente fraile dominicano, aquellas virtudes que son consideradas como las peculiares notas de su santidad; a saber, aquella encendida piedad para con Dios, demostrada por tantos y singularísimos testimonios; aquel admirable amor para con el prójimo, siempre pronto ala benevolencia al perdón y a todo género de auxilio”.


“Mas aunque el Vicario de Cristo en la tierra anhela por estos motivos inscribir al Beato Martín en el Catalogo de los Santos, sin embargo, quiere que, observándose lo establecido por esta  Sede Apostólica, se invoque antes la abundancia de luces divinas, con las plegarias acostumbradas.”

Toda la asamblea, en intima comunión con los jerarcas de la Iglesia, se postro de rodillas para rezar las letanías de los Santos.

Nuevamente el Postulador General, INSTANTER ET INSTANTISSIME volvió por segunda y tercera vez a pedir del Santo Padre su beneplácito. El Secretario de los Breves dijo entonces:

“Ya se acerca el momento solemne en el cual el Augusto Pontífice, ha de adornar con la fulgente corona de la santidad al Beato Martín. Levantaos, pues, todos y llenos de reverencia, oíd el veraz oráculo del Bienaventurado Pedro que vive en su Sucesor.”

Había llegado el momento memorable. Toda la concurrencia, en medio de un solemne silencio acompañaba al pontífice en el himno VENI CREATOR SPIRITUS. Los Cardenales estaban de pie, con la cabeza descubierta. Su Santidad Juan XXIII, teniendo puesta la mitra papal, con plenitud de sus poderes de Pastor de la grey cristiana, pronunció con voz clara y firme la formula de la canonización:

Ceremonia de canonizacion de Fray Martín de Porres - 6 de Mayo de 1962
“PARA HONOR DE LA SANTA E INDIVIDUA TRINIDAD, PARA LA EXALTACION DE LA FE CATÓLICA Y AUMENTO DE LA RELIGIÓN CRISTIANA, CON LA AUTORIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, DE LOS BIENAVENTURADOS APÓSTOLES PEDRO Y PABLO, Y LA NUESTRA, DESPUÉS DE MADURA DELIBRACIÓN Y DE HABER IMPLORADO REPETIDAS VECES AUXILIO DIVINO, Y CON EL CONSEJO DE NUESTRO VENERALES HERMANOS CARDENALES DE LA SANTA IGLESIA ROMANA, DE LOS PATRIARCAS, ARZOBISPOS Y OBISPOS DE LA URBE, DECRETAMOS Y DEFINIMOS QUE EL BIENAVENTURADO MARTIN DE PORRES, CONFESOR, ES SANTO, DETERMINANDO QUE DE EL SE HAGA MENCIÓN ENTRE LOS CONFESORES EL DIA DE SU NATALICIO, A SABER EL 3 DE NOVIEMBRE DE CADA AÑO, EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO AMEN”.

Las palabras del Papa fueron selladas por una incontenible aclamación los millares de fieles congregados, cada cual en su propio idioma exteriorizaban su alegría y agradecimiento, y bendecían el nombre del primer Santo Moreno. La soberbia Basílica parecía devolver las ovaciones en resonantes ecos y rebotarlas hacia el cielo en son de plegarias. También las campanas de San Pedro y todas las iglesias de Roma propagaban por los aires, en su bronceado lenguaje, la fausta notica, mientras lentamente era elevada hasta la “gloria del Bernini”, la humildísima figura de San Martín.

Seguidamente, el Cardenal  Procurador de la causa acompañado de los Abogados Consistoriales, pidió al Pontífice la inscripción oficial del nombre del nuevo santo. El Papa atendió la demanda ordenado a los Notarios lo conveniente. CONFICIEMUS … VOBIS TETIBUS (lo haremos, siendo vosotros mismos testigos), respondieron. El cantico el TE DEUM, coreado por el pueblo y la Capilla Pontifica, resonó vibrante en acción de gracias al Altísimo.

La solemne misa papal

Monseñor Eugene Tisserant
Antes de la celebración de los sagrados oficios, Su Santidad dirigió una bella homilía.

Mientras el Augusto oferente se revestía de los ornamentos sagrados, se dio comienzo al rezo de TERTIA. El Cardenal Jullien canto el CONFITEOR, añadiendo el nombre de SAN MARTÍN DE PORRES después del de los Apóstoles Pedro y Pablo.

El Papa impartió al Bendición Apostólica a todos los reunidos. Monseñor Tisserant anuncio por los altoparlantes que Su Santidad había concedido TREINTA AÑOS DE INDULGENCIA, a todos los que visitaran el sepulcro del nuevo santo, el día de su aniversario de su muerte (3 de Noviembre).

Prosiguió a continuación la Misa Papal, con el esplendor y solemnidad de tales ocasiones.

A la hora del ofertorio, un grupo de habladores del Rvdmo. P. Piccarri, Postulador de la Causa; El Rvdmo P. Esteban Gómez, Vicario General de la Orden Dominicana; el M.R.P. Provincial del Perú, Fr. Manuel Alvarez R.; el R.P. Eduardo Heugnes, fundador y propagador del culto a San Martin en los EE.UU. llevaron al Augusto celebrante ofrends de pan, vino, agua, cirios y palomas en jaulas doradas, evocando los antiguos ritos.

En la plaza de San Pedro

Terminada la Misa y en circunstancias que la inmensa explanada de la Plaza de San Pedro estaba prácticamente atestada de fieles (mas de 75,000 almas), el Pontífice apareció en una de las ventanas de su residencia. Levanto la mano para imponer silencio a la estruendosa salva de aplausos con que fue recibido, e inicio inmediatamente el reso de le REGINA COELI (Angelus) que fue respondido por todos lo allí reunidos. En breves palabras el Santo padre expreso su alegría por verse rodeado de tan majestuosa multitud, e hizo una invocación a San Martin pidiéndole que bendijera a todos los peregrinos y al Perú su Patria. La ventana se cerró lentamente, y la multitud comenzó a dispersarse. Del balcón central del papa colgaba un enorme tapiz con la imagen de San Martin. Un deslumbrante sol bañaba la ciudad. En grupos, los peregrinos mantizaban el camino de regreso con comentarios: “Fue algo nunca visto”

Asistentes

Papa Juan XIII y el Cardenal Laureano Rugabwa
La canonización de San Martin reunió no solo a connotadas Dignidades eclesiasticas - 39 cardenales - sino a un número verdaderamente extraordinario de pergrinos de los cinco contintes.

Entre los dignatarios cabe hacer mención del Cardenal Primados del Perú, Mons. Juan Landázuri Ricketts; el Cardenal Laureano Rugabwa, primer Príncipe negro de la iglesia; del Cardenal Primado de Manila, Mons. Rufino Santos; de las Delegaciones Extraordinarias del Perú, España, Bolivia.

La Orden Dominicana estuvo representada por el Emmo. Cardenal Michel Browne; el Rvdmo. P. Vicario General, Esteban Gómez y todo el personal de la Curia General; los Arzobispos y Obispos Dominicanos Excmos Mons: M. Lemieux, F. Ryan, J. Adazzi, A. Dettmann, J. Ariz; y el Prefecto Apostólico de Sokoko, E. Layton, y más de 300 hermanos cooperadores. Números provinciales y Priores, Religiosos y Religiosas.

Rene Muñoz - "Fray Escoba"
De la Provincia de San Juan Bautista del Perú asistieron el M.R.P. Provincial Fr. Manuel Alvarez Renard; los RR.PP. Isnardo Hauyta, Ambrosio Morales, Mario Linares, Francisco Villena, Manés Espinoza<a; los RR. Hermanos Cooperadores, Alejando Guayar y Pio Jiménez.

Se notó, así mismo la presencia de los RR.PP. norteamericanos, Tomas Mac Glynn, Norberto Georges y Eduardo Heughes, eficientes propagadores del culto Martiniano en los Estados Unidos; del niño José Antonio Cabrera, en cuyo favor Fray Martin realizo un milagro; del artista cubano René Muñoz, protagonista del film “FRAY ESCOBA”.

En la Curia Generalicia

La Curia Generalicia del a Orden ofreció un significativo homenaje a los 300 hermanos cooperadores que asistieron a la canonización. El acto, al que asistió el Cardenal Ex – Maestro General Michel Browne, tuvo lugar en Santa Sabina.


Audiencia

Al día siguiente, (lunes 7) en el Palacio Vaticano tuvo lugar la AUDIENCIA ESPECIAL concedida por el Santo Padre a todos los peregrinos.

Una enorme afluencia de fieles comenzó a movilizarse rumbo a la Plaza de San Pedro. Las tres grandes salas “La Regia”, la Ducal y la de las Bendiciones), eran insuficientes para contener a los peregrinos.Los sitios preferenciales fueron insuficientes para contener a los peregrinos.

En sitios preferenciales fueron instalándose las Delegaciones Eclesiástica y de la Curia Generalicia de la Orden Dominicana.

A las 9 am. El Santo Padre ingreso entre las aclamaciones dela muchedumbre, y ocupo un estrado especial al centro de la sala.
 
Mons. Juan Landázuri Ricketts
El Cardenal del Perú, Mons. Juan Landázuri Ricketts, en nombre del pueblo peruano, de la Orden Dominicana, de España, de los 160 millones de católicos americanos y de la Iglesia entera, agradeció, en emocionadas frases, la canonización de San Martín.

El Santo Padre escucho atentamente las palabras del Cardenal, y en un bello discurso en castellano, exalto las virtudes del Taumaturgo Limeño.

Luego se hicieron algunos presentes al Soberano Pontífice, tales como un efigie del Santo confeccionada en madera de Filipinas y un relicario de oro que contenía “huellas “ de San Martín ; otra estatua de mental fue obsequiada por los PP. Norteamericanos.

Viendo la heterogénea muchedumbre, el Santo padre, visiblemente, emocionado digo: “probablemente muchos no me han entendido, voy a hablar en italiano”. Y en forma amena y sencilla, volvió a parodiar las virtudes de San Martín.


Impartió, por último, la Bendición Apostólica a todos loa asistentes, y entres las aclamaciones de la multitud, se retiro en su silla gestatoria. A su paso, el gentío prorrumpía en vitores, mientras otras pugnaban por acercársele.

Los peruanos, hijos de la Iglesia, postrados a los pies del Padre universal de la cristiandad. El Papa parecía prodigarse a todos, no perdía el mas mínimo detalle. En uno de los últimos salones encontró a un grupo de peruanos que por la enorme afluencia no habían podido ingresar. "Ah, los peruanos", dijo, y bajándose de su silla, como benignísimo padre. Se acerco a los afortunados impartiéndoles su bendición. Las notas de nuestros himno patrio resonaron solemnes en aquel día memorable.

Solemne Triduo

Los dias 7, 8, 9 y 10, en la Basílica de Santa María de la Minerva tuvo lugar un solemne Triduo, de acuerdo a las costumbres establecidas para estos casos, con la participación de numerosos fieles y peregrinos.
El programa se desenvolvio de la siguiente manera.

Dia 7. Misa prelaticia oficiada por el Cardenal Michel Brawne, para los peregrinos de Irlanda. Solemne Misa Pontificial a cargo del Cardenal Juan Landazuri Ricketts, con homilía, para los peregrinos peruanos.

Dia 8. Misa prelaticia oficiada por el Cardenal Arcadio Larraona, para los peregrinos de lengua española, y por Mons. José Lemieux, O.P. Arzobispo de Ottawa, para los peregrinos de lengua francesa. Solemne Misa Pontificial por el Cardenal Rufino I. Sanos con homilía.

Dia 9. Misa prelaticia oficiada por el Cardenal Ponente de la Causa Mons. Pablo Giobbe, y por el Rvdmo. P. Gomez, para los peregrinos españoles. Solemne Misa Pontificial a cargo del Cardenal Laureano Rugumbwa.

Dia 10. Misa prelaticia oficiada pore el Emmo. Cardenal Fernando Cento, ex-Nucio Apostólico del Perú y por el M.R.P. Marcoleno Paez Socio por las Provincias Dominicanas de America. Función de Clausura por el Cardenal Lercaro, Arzobispoe de Bolonia, Bendición Eucaristica impartida  impartida por Cardenal Arcadio Larraona, prefecto de la Sagrada Congregación de Ritos TE DEUM.


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