Temas de formación espiritual - A

  

HERMANDAD DE CABALLEROS DE SAN MARTÍN DE PORRES Y SAN JUAN MACÍAS O.P.


Secretaría de Promoción Vocacional, Admisión y Escuela de Postulantes


TEMARIOS DE LAS CHARLAS DE FORMACIÓN


  1. Introducción y presentación, historia de la Hermandad, fines, diferencia con otras hermandades.
  2. El mundo en que vivimos y nuestra realidad humana.
  3. La naturaleza del hombre y su dimensión religiosa.
  4. La existencia de Dios, su naturaleza y pruebas de El.
  5.  La biblia , mensaje y comunicación de Dios al hombre, forma de usarla
  6. El antiguo testamento
  7. El nuevo testamento
  8. ¿Qué es ser cristiano?
  9. La persona de Jesús, el Jesús del evangelio, el Jesús de la tradición, el Jesús de la gente.
  10. El mensaje de Jesús y su obra – Cristología
  11. Las tres virtudes teologales: fe , esperanza y caridad
  12. El pecado: Mal del mundo, mal personal 
  13. Valores de la persona – ética de la persona 
  14. Los mandamientos, una forma de vivir el amor con Dios
  15. Las bienaventuranzas, programa de Jesús para la vida del hombre
  16. Los mandamientos de la Iglesia
  17. La Iglesia Católica, jerarquía , historia , documentos
  18. Otras religiones y secta
  19. El amor realidad que da sentido a la vida
  20. La vocación del hombre llamado al amor y al servicio
  21. La vocación del hombre, llamado al matrimonio
  22. La vocación a la vida religiosa
  23. Los sacramentos, signos sensible y visibles del amor de Dios al hombre
  24. Liturgia, Palabra de Dios 
  25. La oración, principales oraciones
  26. Mariología, apariciones y principales advocaciones marianas - El Rosario
  27. Santo Domingo y la Orden de Predicadores (Visita guiada al Convento)
  28. ¿Quién es San Martín de Porres? I (Introducción, infancia, juventud, barbero, donado, religioso, enfermero).
  29. ¿Quién es San Martín de Porres? II. (Sus milagros, su muerte, su santidad, su legado, patronazgos)
  30. Juan Macías, el pastor en España. (Introducción, infancia, el llamado de Dios de España a otras tierras)
  31.  Juan Macías, el religioso en el Perú. (Religioso, sus milagros, muerte y santidad)
  32. ¿Qué es Martiniano? – Nuestro compromiso con Jesús y los ideales Martinianos
  33. Nuestra participación como Martiniano en la sociedad
  34.  Que es hermandad y ser hermano
  35. Que es religiosidad popular – La diferencia entre devoción y vocación
  36. Estatutos
  37. Presentación del Directorio – Grupo I. La misión (Presidencia – Fiscalías Generales)
  38. Presentación del Directorio – Grupo II. La misión (Sec. Gral. RRPP, Sec. de Organización, Ayuda Mortorial, Vocalía de Culto, etc.)
  39. Presentación de Consejo de Disciplina: Presidente , Vice Presidencia




 

 

FICHA BIOGRÁFICA DE SAN MARTÍN DE PORRES

 
  1. NACIMIENTO: En Lima, el 9 de Diciembre de 1579, el la calle llamada del Espíritu Santo (hoy jr. Callao 535). Hacía sólo 44 años de la fundación de la ciudad virreynal.
  2. PADRES: Ana Velásquez negra liberta. Nacida en Panamá, en la Chorrera. Y el hidalgo español Juan de Porres, que reconoció a su hijo unos años más tarde.
  3. BAUTIZO: Se bautizo en la Parroquia de San Sebastian, próxima al lugar de su nacimiento. La partida de nacimiento dice ala letra "Miércoles 9 de Diciembre de mil quinientos setentinueve, bauticé a Martín, hijo de Padre no cocido y de Ana Velásquez Horra. Fueron padrinos Juan de Huesca y Ana Escárcena y Firmelo Antonio Polanco.
  4. HERMANA: Tuvo una hermana llamada Juana que se caso en Guayaquil, tuvo una hija, llamada Catalina, quién testificaría más tarde en el proceso de beatificación de su tío. Al enviudar en Ecuador su hermana vino a Lima y se caso con Agustín Galán.
  5. EN ECUADOR: Martín tenía aproximadamente seis años, cuando su padre vuelve a Lima y decide llevar a sus dos pequeños hijos a Guayaquil, a la propiedad de su tío Diego Marcos de Miranda. Allí, bajo la dirección de un sacerdote y de un cacique inca, aprende las primeras letras y muchos secretos antiguos de las yerbas medicinales.
  6. REGRESA A LIMA: Nacía el año 1590, su padre, nombrado Gobernador de Panamá, deja a su hija en Guayaquil, y trae a su hijo a Lima. Instala a la madre y a Martín en un barrio en los límites de la ciudad llamada Malambo, al otro lado del río Rímac, en la cercanía de la nueva Parroquia de San Lázaro.
  7. CONFIRMACIÓN: Recibió este sacramento de manos del Arzobispo Sto. Toribio de Mogrovejo el año 1591.
  8. JUVENTUD: Desde muy temprana edad. Martín es y un joven responsable y anhelante de progreso, su madre lo pone como ayudante en la barbería de un vecino suyo, que ejerce también el oficio de farmacéutico. Este barbero, farmacéutico y cirujano es D. Mateo Pastor. Allí muy pronto aprende todo lo que sabe su maestro y amigo. esta amistad durará muchos años, Martín cumple todos estos oficios con dedicación preferencialmente sirviendo a los pobres.
  9. PRIMEROS PASOS EN LA SANTIDAD: Desde muy pequeño, Martín se sintió atraído por la oración y la piedad. Era voz común en el barrio que prolongaba su oración hasta altas horas de la noche. Visitaba con frecuencia los templos. Siempre formal, obediente y amable con todos. Grande eras su compasión con todos. Grande era su compasión con los más pobres, los servía en todo lo que podía y hasta daba de lo poco que le entregaba su madre par el gasto diario.
  10. VOCACIÓN: Había cumplido 15 años, cuando después de pensarlo y con el permiso de su madre, ingreso al gran convento de Santo Domingo de Lima. era éste el primer convento fundado en Lima, madre de muchos otros conventos de América y cuna de la gran Universidad de San Marcos.
  11. El humilde Martín pide ser admitido como Donado: quiso consagrarse a Dios sin siquiera emitir los votos religiosos, como siervo de todos, para hacer los oficios mas bajos. Así se siente feliz. Libre del Mundo. Muy cerca del templo Santo. Era el año de 1594. A pesar de la protesta de su padre, Martín cumplió los oficios de barrer y asear el convento, por unos nueve años.
  12. RELIGIOSO PROFESO: El 2 de Junio de 1603, los Superiores le admitieron a la profesión religiosa, pues habían visto su piedad excepcional y los grandes progresos en la perfección. En ese tiempo vivían en el convento  los Padres Juan de Lorenzana, Provincial y los dos famosos hermanos Francisco y Agustín de la Vega.
  13. PRINCIPALES OFICIOS: Sin duda Fr. Martín en su larga vida conventual desempeñó muchos de los oficios propios de los hermanos Cooperadores; pero de los que ha quedado expresa constancia según los testigos, son de campanero, de visitar a los trabajadores de Limatambo, de repartir la comida a los pobres. Pero los dos principales fueron de peluquero y enfermero.
  14. PRINCIPALES VIRTUDES: Durante su vida Martín practicó todas las virtudes en grado heroico, como consta en el testimonio unánime de los muchos testigos en el proceso de beatificación. Pero, evidentemente, sobresalen sus virtudes de humildad y caridad. Con toda razón Martín es representado con la humilde escoba y durante su vida fue un ejercicio constante de admirable humildad, él se sentía "El perro mulato". Y su caridad proverbial se extendió a toda clase de personas y hasta a los pequeños animales. La enfermería fue el principal centro de manifestar su caridad a los religiosos y a toda clase de personas.
  15. PRINCIPALES DONES: Dios le concedía aún en vida, carismas especiales que le transforman en uno de los grandes taumaturgos de la Iglesia. Bilocación, éxtasis, levitación ante el Cristo de la Sala Capitular, su manos prodigiosas repartían milagros, penetraba por ls puertas cerradas, etc.
  16. SUS GRANDES AMIGOS: El alma delicada de Fr. Martín lo inclinaba a cultivar la amistad con almas grandes. Bástenos citar a Santa Rosa de Lima, a quien graciosamente llamaba "La Rosita"; a San Juan Macías; almas gemelas y hermanos de hábito y de profesión. A Mateo Pastor que lo conoció desde niño y con quien gestó el Orfelinato de la Santa Cruz; el Capitán Juan de Figueroa, a quien le predijo que estarían siempre junto a su tumba. El joven Juan Vásquez parra, que compartio muchos de sus íntimos secretos espirituales.




CHARLAS DE FORMACIÓN



8. ¿QUE ES SER CRISTIANO?


LA INICIACIÓN CRISTIANA



1229 Desde los tiempos apostólicos, para llegar a ser cristiano se sigue un camino y una iniciación que consta de varias etapas. Este camino puede ser recorrido rápida o lentamente. 
Y comprende siempre algunos elementos esenciales: el anuncio de la Palabra, la acogida del Evangelio que lleva a la conversión, la profesión de fe, el Bautismo, la efusión del Espíritu Santo, el acceso a la comunión eucarística.


LA VIDA EN CRISTO
 
1691. “Cristiano, reconoce tu dignidad. Puesto que ahora participas de la naturaleza divina, no degeneres volviendo a la bajeza de tu vida pasada. Recuerda a qué Cabeza perteneces y de qué Cuerpo eres miembro. Acuérdate de que has sido arrancado del poder de las tinieblas para ser trasladado a la luz del Reino de Dios” (San León Magno, Sermo 21, 3)).

1692 El Símbolo de la fe profesa la grandeza de los dones de Dios al hombre por la obra de su creación, y más aún, por la redención y la santificación. Lo que confiesa la fe, los sacramentos lo comunican: por “los sacramentos que les han hecho renacer”, los cristianos han llegado a ser “hijos de Dios” (Jn 1,12 ;1 Jn 3,1), “partícipes de la naturaleza divina” (2 P 1,4). Los cristianos, reconociendo en la fe su nueva dignidad, son llamados a llevar en adelante una “vida digna del Evangelio de Cristo” (Flp 1,27). Por los sacramentos y la oración reciben la gracia de Cristo y los dones de su Espíritu que les capacitan para ello.

1693 Cristo Jesús hizo siempre lo que agradaba al Padre (cf Jn 8,29). Vivió siempre en perfecta comunión con Él. De igual modo sus discípulos son invitados a vivir bajo la mirada del Padre “que ve en lo secreto” (Mt 6,6) para ser “perfectos como el Padre celestial es perfecto” (Mt 5,48).

1694 Incorporados a Cristo por el bautismo (cf Rm 6,5), los cristianos están “muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús” (Rm 6,11), participando así en la vida del Resucitado (cf Col 2,12). Siguiendo a Cristo y en unión con él (cf Jn 15,5), los cristianos pueden ser “imitadores de Dios, como hijos queridos y vivir en el amor” (Ef 5,1.), conformando sus pensamientos, sus palabras y sus acciones con “los sentimientos que tuvo Cristo” (Flp 2,5.) y siguiendo sus ejemplos (cf Jn 13,12-16).

1695 “Justificados [...] en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios” (1 Co 6,11.), “santificados y llamados a ser santos” (1 Co 1,2.), los cristianos se convierten en “el templo [...] del Espíritu Santo”(cf 1 Co 6,19). Este “Espíritu del Hijo” les enseña a orar al Padre (Ga 4, 6) y, haciéndose vida en ellos, les hace obrar (cf Ga 5, 25) para dar “los frutos del Espíritu” (Ga 5, 22.) por la caridad operante. Sanando las heridas del pecado, el Espíritu Santo nos renueva interiormente mediante una transformación espiritual (cf. Ef 4, 23.), nos ilumina y nos fortalece para vivir como “hijos de la luz” (Ef 5, 8.), “por la bondad, la justicia y la verdad” en todo (Ef 5,9.).

1696 El camino de Cristo “lleva a la vida”, un camino contrario “lleva a la perdición” (Mt 7,13; cf Dt 30, 15-20). La parábola evangélica de los dos caminos está siempre presente en la catequesis de la Iglesia. Significa la importancia de las decisiones morales para nuestra salvación. “Hay dos caminos, el uno de la vida, el otro de la muerte; pero entre los dos, una gran diferencia” (Didaché, 1, 1)

 

 

11. LAS TRES VIRTUDES TEOLOGALES: FE , ESPERANZA Y CARIDAD


LAS VIRTUDES

1803 "Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta" (Flp 4,8).

La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige en acciones concretas.
El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios (S. Gregorio de Nisa, beat. 1).

RESUMEN
  • 1833 La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien.
  • 1834 Las virtudes humanas son disposiciones estables del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón y la fe. Pueden agruparse en torno a cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
  • 1840 Las virtudes teologales disponen a los cristianos a vivir en relación con la santísima Trinidad. Tienen a Dios por origen, motivo y objeto, Dios conocido por la fe, esperado y amado por él mismo.
  • 1841 Hay tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad (cf. 1 Co 13,13). Informan y vivifican todas las virtudes morales.
  • 1842 Por la fe creemos en Dios y creemos todo lo que él nos ha revelado y que la santa Iglesia nos propone creer.
  • 1843 Por la esperanza deseamos y esperamos de Dios con una firme confianza la vida eterna y las gracias para merecerla.
  • 1844 Por la caridad amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios. Es el "vínculo de la perfección" (Col 3,14) y la forma de todas las virtudes.




    12. EL PECADO, MAL DEL MUNDO, MAL PERSONAL



    DEFINICIÓN DE PECADO

    1849 El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana. Ha sido definido como “una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna” (San Agustín, Contra Faustum manichaeum, 22, 27; San Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1-2, q. 71, a. 6) )

    1850 El pecado es una ofensa a Dios: “Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces” (Sal 51, 6). El pecado se levanta contra el amor que Dios nos tiene y aparta de Él nuestros corazones. Como el primer pecado, es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse “como dioses”, pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal (Gn 3, 5). El pecado es así “amor de sí hasta el desprecio de Dios” (San Agustín, De civitate Dei, 14, 28). Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús que realiza la salvación (cf Flp 2, 6-9).


    RESUMEN

    • 1870 “Dios encerró [...] a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia” (Rm 11, 32).
    • 1871 El pecado es “una palabra, un acto o un deseo contrarios a la ley eterna“ (San Agustín, Contra Faustum manichaeum, 22). Es una ofensa a Dios. Se alza contra Dios en una desobediencia contraria a la obediencia de Cristo.
    • 1872 El pecado es un acto contrario a la razón. Lesiona la naturaleza del hombre y atenta contra la solidaridad humana.
    • 1873 La raíz de todos los pecados está en el corazón del hombre. Sus especies y su gravedad se miden principalmente por su objeto.
    • 1874 Elegir deliberadamente, es decir, sabiéndolo y queriéndolo, una cosa gravemente contraria a la ley divina y al fin último del hombre, es cometer un pecado mortal. Este destruye en nosotros la caridad sin la cual la bienaventuranza eterna es imposible. Sin arrepentimiento, tal pecado conduce a la muerte eterna.
    • 1875 El pecado venial constituye un desorden moral que puede ser reparado por la caridad que tal pecado deja subsistir en nosotros.
    • 1876 La reiteración de pecados, incluso veniales, engendra vicios entre los cuales se distinguen los pecados capitales.


     

    14. LOS MANDAMIENTOS, UNA FORMA DE VIVIR EL AMOR CON DIOS



    1. En el Antiguo Testamento Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés en el Sinaí para ayudar a su pueblo escogidos a cumplir la ley divina.
    2. Jesucristo, en la ley evangélica, confirmó los Diez Mandamientos y los perfeccionó con su palabra y con su ejemplo.
    3. Nuestro amor a Dios se manifiesta en el cumplimiento de los Diez Mandamientos y de los preceptos de la Iglesia.
    4. En definitiva, todos los Mandamientos se resumen en dos: Amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a uno mismo, y más aún, como Cristo nos amó.

    • ¿Basta creer para salvarse? No basta creer para salvarse, pues dice Jesucristo: Si quieres salvarte, cumple los mandamientos.
    • ¿Quién dio los Diez Mandamientos? Dios mismo dio los Diez Mandamientos a Moisés, y Jesucristo los confirmó y perfeccionó con su palabra y con su ejemplo.
    • ¿Cuáles son los Diez Mandamiento de la Ley de Dios? Los Diez Mandamientos de la Ley de Dios son:

    1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
    2. No tomarás el Nombre de Dios en vano.
    3. Santificarás las fiestas.
    4. Honrarás a tu
    5. No matarás.
    6. No cometerás actos impuros.
    7. No robarás.
    8. No dirás falso testimonio ni mentirás.
    9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
    10. No codiciarás los bienes ajenos.

    RESUMEN


    • 2075. “¿Qué he de hacer yo de bueno para conseguir la vida eterna?” — “Si [...] quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mt 19, 16-17).
    • 2076 Por su modo de actuar y por su predicación, Jesús ha atestiguado el valor perenne del Decálogo.
    • 2077 El don del Decálogo fue concedido en el marco de la alianza establecida por Dios con su pueblo. Los mandamientos de Dios reciben su significado verdadero en y por esta Alianza.
    • 2078 Fiel a la Escritura y siguiendo el ejemplo de Jesús, la Tradición de la Iglesia ha reconocido en el Decálogo una importancia y una significación primordial.
    • 2079 El Decálogo forma una unidad orgánica en la que cada “palabra” o “mandamiento” remite a todo el conjunto. Transgredir un mandamiento es quebrantar toda la ley (cf St 2, 10-11).
    • 2080 El Decálogo contiene una expresión privilegiada de la ley natural. Lo conocemos por la revelación divina y por la razón humana.
    • 2081 Los diez mandamientos, en su contenido fundamental, enuncian obligaciones graves. Sin embargo, la obediencia a estos preceptos implica también obligaciones cuya materia es, en sí misma, leve.
    • 2082 Dios hace posible por su gracia lo que manda. 

       

    Catecismo de la Iglesia Católica



    Resumen del 1er. Mandamiento: Amarás a Dios sobre todas las cosas.

    2133 “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas” (Dt 6, 59).
    2134 El primer mandamiento llama al hombre para que crea en Dios, espere en Él y lo ame sobre todas las cosas.
    2135 “Al Señor tu Dios adorarás” (Mt 4, 10). Adorar a Dios, orar a Él, ofrecerle el culto que le corresponde, cumplir las promesas y los votos que se le han hecho, son todos ellos actos de la virtud de la religión que constituyen la obediencia al primer mandamiento.
    2136 El deber de dar a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado.
    2137 El hombre debe “poder profesar libremente la religión en público y en privado” (DH 15).
    2138 La superstición es una desviación del culto que debemos al verdadero Dios, la cual conduce a la idolatría y a distintas formas de adivinación y de magia.”
    2139 La acción de tentar a Dios de palabra o de obra, el sacrilegio y la simonía son pecados de irreligión, prohibidos por el primer mandamiento.
    2140 El ateísmo, en cuanto niega o rechaza la existencia de Dios, es un pecado contra el primer mandamiento.
    2141 El culto de las imágenes sagradas está fundado en el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios. No es contrario al primer mandamiento.


    Resumen del 2do. Mandamiento: No tomarás el Nombre de Dios en vano. 

    2160 “Señor, Dios Nuestro, ¡qué admirable es tu nombre por toda la tierra!” (Sal 8, 2).
    2161 El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. El nombre del Señor es santo.
    2162 El segundo mandamiento prohíbe todo uso inconveniente del nombre de Dios. La blasfemia consiste en usar de una manera injuriosa el nombre de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María y de los santos.
    2163 El juramento en falso invoca a Dios como testigo de una mentira. El perjurio es una falta grave contra el Señor, que es siempre fiel a sus promesas.
    2164 “No jurar ni por Criador ni por criatura, si no fuere con verdad, necesidad y reverencia” (San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, 38).
    2165 En el Bautismo, la Iglesia da un nombre al cristiano. Los padres, los padrinos y el párroco deben procurar que se dé un nombre cristiano al que es bautizado. El patrocinio de un santo ofrece un modelo de caridad y asegura su intercesión.
    2166 El cristiano comienza sus oraciones y sus acciones haciendo la señal de la cruz “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.
    2167 Dios llama a cada uno por su nombre (cf Is 43, 1).
      
    Resumen del 3er. Mandamiento: Santificarás las fiestas. 

    2189 “Guardarás el día del sábado para santificarlo” (Dt 5, 12). “El día séptimo será día de descanso completo, consagrado al Señor” (Ex 31, 15).
    2190. El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, es sustituido por el domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada por la resurrección de Cristo.
    2191 La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es llamado con toda razón día del Señor, o domingo (cf SC 106.
    2192 “El domingo ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto” (CIC can. 1246, § 1). “El domingo y las demás fiestas de precepto, los fieles tienen obligación de participar en la misa”(CIC can. 1247).
    2193 “El domingo y las demás fiestas de precepto [...] los fieles se abstendrán de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo“ (CIC can. 1247).
    2194 La institución del domingo contribuye a que todos disfruten de un “reposo y ocio suficientes para cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa” (GS 67, 3).
    2195 Todo cristiano debe evitar imponer, sin necesidad, a otro impedimentos para guardar el día del Señor.

    Resumen del 4to. Mandamiento: Honrarás a tu padre y a tu madre.

    2247 “Honra a tu padre y a tu madre” (Dt 5,16 ; Mc 7,10).
    2248 De conformidad con el cuarto mandamiento, Dios quiere que, después que a Él, honremos a nuestros padres y a los que Él reviste de autoridad para nuestro bien.
    2249 La comunidad conyugal está establecida sobre la alianza y el consentimiento de los esposos. El matrimonio y la familia están ordenados al bien de los cónyuges, a la procreación y a la educación de los hijos.
    2250 “La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar” (GS 47, 1).
    2251 Los hijos deben a sus padres respeto, gratitud, justa obediencia y ayuda. El respeto filial favorece la armonía de toda la vida familiar.
    2252 Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos en la fe, en la oración y en todas las virtudes. Tienen el deber de atender, en la medida de lo posible, las necesidades materiales y espirituales de sus hijos.
    2253 Los padres deben respetar y favorecer la vocación de sus hijos. Han de recordar y enseñar que la vocación primera del cristiano es la de seguir a Jesús.
    2254 La autoridad pública está obligada a respetar los derechos fundamentales de la persona humana y las condiciones del ejercicio de su libertad.
    2255 El deber de los ciudadanos es cooperar con las autoridades civiles en la construcción de la sociedad en un espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad.”
    2256 El ciudadano está obligado en conciencia a no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando son contrarias a las exigencias del orden moral. “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hch 5, 29).
    2257. Toda sociedad refiere sus juicios y su conducta a una visión del hombre y de su destino. Si se prescinde de la luz del Evangelio sobre Dios y sobre el hombre, las sociedades se hacen fácilmente «totalitarias». 


    Resumen del 5to. Mandamiento: No matarás.


    2318 “Dios [...] tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de toda carne de hombre” (Jb 12, 10).
    2319 Toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios vivo y santo.
    2320 Causar la muerte a un ser humano es gravemente contrario a la dignidad de la persona y a la santidad del Creador.
    2321 La prohibición de causar la muerte no suprime el derecho de impedir que un injusto agresor cause daño. La legítima defensa es un deber grave para quien es responsable de la vida de otro o del bien común.
    2322 Desde su concepción, el niño tiene el derecho a la vida. El aborto directo, es decir, buscado como un fin o como un medio, es una práctica infame (cf GS 27), gravemente contraria a la ley moral. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana.
    2323 Porque ha de ser tratado como una persona desde su concepción, el embrión debe ser defendido en su integridad, atendido y cuidado médicamente como cualquier otro ser humano.
    2324 La eutanasia voluntaria, cualesquiera que sean sus formas y sus motivos, constituye un homicidio. Es gravemente contraria a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador.
    2325 El suicidio es gravemente contrario a la justicia, a la esperanza y a la caridad. Está prohibido por el quinto mandamiento.”
    2326 El escándalo constituye una falta grave cuando por acción u omisión se induce deliberadamente a otro a pecar.”
    2327 A causa de los males y de las injusticias que ocasiona toda guerra, debemos hacer todo lo que es razonablemente posible para evitarla. La Iglesia implora así: “del hambre, de la peste y de la guerra, líbranos Señor”.
    2328 La Iglesia y la razón humana afirman la validez permanente de la ley moral durante los conflictos armados. Las prácticas deliberadamente contrarias al derecho de gentes y a sus principios universales son crímenes.
    2329 “La carrera de armamentos es una plaga gravísima de la humanidad y perjudica a los pobres de modo intolerable” (GS 81).
    2330 “Bienaventurados los que construyen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9). 


    Resumen del 6to. Mandamiento: No cometerás actos impuros. 

    2392 “El amor es la vocación fundamental e innata de todo ser humano” (FC 11).
    2393 Al crear al ser humano hombre y mujer, Dios confiere la dignidad personal de manera idéntica a uno y a otra. A cada uno, hombre y mujer, corresponde reconocer y aceptar su identidad sexual.
    2394 Cristo es el modelo de la castidad. Todo bautizado es llamado a llevar una vida casta, cada uno según su estado de vida.
    2395 La castidad significa la integración de la sexualidad en la persona. Entraña el aprendizaje del dominio personal.
    2396 Entre los pecados gravemente contrarios a la castidad se deben citar la masturbación, la fornicación, las actividades pornográficas y las prácticas homosexuales.
    2397 La alianza que los esposos contraen libremente implica un amor fiel. Les confiere la obligación de guardar indisoluble su matrimonio.
    2398 La fecundidad es un bien, un don, un fin del matrimonio. Dando la vida, los esposos participan de la paternidad de Dios.
    2399 La regulación de la natalidad representa uno de los aspectos de la paternidad y la maternidad responsables. La legitimidad de las intenciones de los esposos no justifica el recurso a medios moralmente reprobables (p.e., la esterilización directa o la anticoncepción).
    2400 El adulterio y el divorcio, la poligamia y la unión libre son ofensas graves a la dignidad del matrimonio.


    Resumen del 7mo. Mandamiento: No robarás. 

    2450 “No robarás” (Dt 5, 19). “Ni los ladrones, ni los avaros [...], ni los rapaces heredarán el Reino de Dios” (1Co 6, 10).
    2451 El séptimo mandamiento prescribe la práctica de la justicia y de la caridad en el uso de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres.
    2452 Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano. El derecho a la propiedad privada no anula el destino universal de los bienes.
    2453 El séptimo mandamiento prohíbe el robo. El robo es la usurpación del bien ajeno contra la voluntad razonable de su dueño.
    2454 Toda manera de tomar y de usar injustamente un bien ajeno es contraria al séptimo mandamiento. La injusticia cometida exige reparación. La justicia conmutativa impone la restitución del bien robado.
    2455 La ley moral prohíbe los actos que, con fines mercantiles o totalitarios, llevan a esclavizar a los seres humanos, a comprarlos, venderlos y cambiarlos como si fueran mercaderías.
    2456 El dominio, concedido por el Creador, sobre los recursos minerales, vegetales y animales del universo, no puede ser separado del respeto de las obligaciones morales frente a todos los hombres, incluidos los de las generaciones venideras.
    2457 Los animales están confiados a la administración del hombre que les debe benevolencia. Pueden servir a la justa satisfacción de las necesidades del hombre.
    2458 La Iglesia pronuncia un juicio en materia económica y social cuando lo exigen los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas. Cuida del bien común temporal de los hombres en razón de su ordenación al supremo Bien, nuestro fin último.
    2459 El hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económica y social. El punto decisivo de la cuestión social estriba en que los bienes creados por Dios para todos lleguen de hecho a todos, según la justicia y con la ayuda de la caridad.
    2460 El valor primordial del trabajo atañe al hombre mismo que es su autor y su destinatario. Mediante su trabajo, el hombre participa en la obra de la creación. Unido a Cristo, el trabajo puede ser redentor.
    2461 El desarrollo verdadero es el del hombre en su integridad. Se trata de hacer crecer la capacidad de cada persona a fin de responder a su vocación y, por lo tanto, a la llamada de Dios (cf CA 29).
    2462 La limosna hecha a los pobres es un testimonio de caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios.
    2463 ¿Cómo no reconocer a Lázaro, el mendigo hambriento de la parábola, en la multitud de seres humanos sin pan, sin techo, sin patria? (cf Lc 16, 19-31). ¿Cómo no escuchar a Jesús que dice: “A mi no me lo hicisteis?” (Mt 25, 45).


    Resumen del 8vo. Mandamiento: No dirás falso testimonio ni mentirás. 

    2504 “No darás falso testimonio contra tu prójimo” (Ex 20, 16). Los discípulos de Cristo se han “revestido del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad” (Ef 4, 24).
    2505 La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse verdadero en sus actos y en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía.
    2506 El cristiano no debe “avergonzarse de dar testimonio del Señor” (2 Tm 1, 8) en obras y palabras. El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe.
    2507 El respeto de la reputación y del honor de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra de maledicencia o de calumnia.
    2508 La mentira consiste en decir algo falso con intención de engañar al prójimo.
    2509 Una falta cometida contra la verdad exige reparación.
    2510 La regla de oro ayuda a discernir en las situaciones concretas si conviene o no revelar la verdad a quien la pide.
    2511 “El sigilo sacramental es inviolable” (CIC can. 983, § 1). Los secretos profesionales deben ser guardados. Las confidencias perjudiciales a otros no deben ser divulgadas.
    2512 La sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia. Es preciso imponerse moderación y disciplina en el uso de los medios de comunicación social.
    2513 Las bellas artes, sobre todo el arte sacro, “están relacionadas, por su naturaleza, con la infinita belleza divina, que se intenta expresar, de algún modo, en las obras humanas. Y tanto más se consagran a Dios y contribuyen a su alabanza y a su gloria, cuanto más lejos están de todo propósito que no sea colaborar lo más posible con sus obras a dirigir las almas de los hombres piadosamente hacia Dios” (SC 122).

     
    Resumen 9no. Mandamiento: No consentirás pensamientos ni deseos impuros. 

    2528 “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt 5, 28).
    2529 El noveno mandamiento pone en guardia contra el desorden o concupiscencia de la carne.
    2530 La lucha contra la concupiscencia de la carne pasa por la purificación del corazón y por la práctica de la templanza
    2531 La pureza del corazón nos alcanzará el ver a Dios: nos da desde ahora la capacidad de ver según Dios todas las cosas.
    2532 La purificación del corazón es imposible sin la oración, la práctica de la castidad y la pureza de intención y de mirada.
    2533 La pureza del corazón requiere el pudor, que es paciencia, modestia y discreción. El pudor preserva la intimidad de la persona.
     

    Resumen del 10mo. Mandamiento: No codiciarás los bienes ajenos. 

    2551 "Donde [...] está tu tesoro allí estará tu corazón" (Mt 6,21).
    2552 El décimo mandamiento prohíbe el deseo desordenado, nacido de la pasión inmoderada de las riquezas y del poder.
    2553 La envidia es la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de apropiárselo. Es un pecado capital.
    2554 El bautizado combate la envidia mediante la caridad, la humildad y el abandono en la providencia de Dios.
    2555 Los fieles cristianos "han crucificado la carne con sus pasiones y sus concupiscencias" (Ga 5,24); son guiados por el Espíritu y siguen sus deseos.
    2556 El desprendimiento de las riquezas es necesario para entrar en el Reino de los cielos. "Bienaventurados los pobres de corazón" (Mt 5, 3).
    2557 El hombre que anhela dice: "Quiero ver a Dios". La sed de Dios es saciada por el agua de la vida (cf Jn 4,14).
     

    15. LAS BIENAVENTURANZAS, PROGRAMA DE JESUS PARA LA VIDA DEL HOMBRE


    Las bienaventuranzas recogen y perfeccionan las promesas de Dios desde Abraham ordenándolas al Reino.

    Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de Jesús. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido desde Abraham; pero las perfecciona ordenándolas no sólo a la posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos:
    • Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
    • Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
    • Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
    • Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
    • Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
    • Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
    • Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
    • Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
    • Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.
    (Lucas 6, 20-26)

    Las Bienaventuranzas, expresan cómo debe ser la vida del cristiano, dónde está su verdadera realización y cómo logrará obtener no sólo la felicidad, sino la vida eterna. No en vano las bienaventuranzas han sido llamadas "El compendio del Plan de Dios para el Hombre".
    • Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
    • Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
    • Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra.
    • Bienaventurados los hambrientos y sedientos de Santidad, porque ellos serán saciados.
    • Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos conseguirán la misericordia.
    • Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
    • Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios
    • Bienaventurados los perseguidos a causa de la santidad, porque de ellos es el reino de los cielos.
    • Bienaventurados ustedes cuando los maldijeren y persiguieren y dijeren, mintiendo, todo mal contra ustedes por mi causa. Alégrense, porque la recompensa de ustedes será grande en los cielos".
    (Mt 5,3-12)


    RESUMEN


    • Las bienaventuranzas recogen y perfeccionan las promesas de Dios desde Abraham ordenándolas al Reino de los cielos. Responden al deseo de felicidad que Dios ha puesto en el corazón del hombre.
    • Las bienaventuranzas nos enseñan el fin último al que Dios nos llama: el Reino, la visión de Dios, la participación en la naturaleza divina, la vida eterna, la filiación, el descanso en Dios.
    • La bienaventuranza de la vida eterna es un don gratuito de Dios; es sobrenatural como también lo es la gracia que conduce a ella.
    • Las bienaventuranzas nos colocan ante opciones decisivas con respecto a los bienes terrenos; purifican nuestro corazón para enseñarnos a amar a Dios sobre todas las cosas.
    • La bienaventuranza del cielo determina los criterios de discernimiento en el uso de los bienes terrenos en conformidad a la Ley de Dios.

     

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    Charlas de formación espiritual 02



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